Cuando en mí no crees
te agachas o te vas
o giras la mirada a otro rumbo.
Las cárceles de mi pasado
liberan episodios viejos.
Son reos del destino.
Entonces yo te hablo
o te canto en el oído,
pero sigues sin reconocer mi voz
y perdida aún me increpas despiadada.
El tiempo no es uno de esos compañeros
que olvida.
Camina contigo de la mano,
te hace adulto,
te envejece,
pero no te la vida.
En todo caso te la quita.
Y hasta ahora sigo sin entender
por que remueves los escombros,
por que buscas entre cenizas
agujas por las que tienes tus heridas.
Te lo han dicho muchas veces:
El tiempo no es uno de esos compañeros
que olvida.
Si de rencor se trata,
deja que sea yo quien me castigue.
No vuelvas la mirada hacia un tiempo
inexistente para ambos como “uno”.
Soy tu letra, tu presente y juntos
quizás seamos nuestro mañana.
Pero jamás seré tu pasado.
Siempre para mí serás el momento en el
que vivo.
Acuérdate que quién mira hacia atrás
es quien vive de memorias
y las memorias no son pan ni leche
ni terrones de azúcar.
Son hostiles y como hiel amargas.
Y si miras,
deja que sea yo quien me castigue.
Quien hable con esos viejos que de sabio
tienen mucho.
Quien combata a los dragones.
Tú,
No serás ni mi espada ni mi escudo.
Serás mi alma,
Por que de eso sí puede vivir el hombre.
miércoles, 26 de septiembre de 2007
De rencores y pasados
martes, 25 de septiembre de 2007
Breves II
La calle desierta espera,
irregular y perdida,
dormitante aún,
perfumada a mañana.
Por sus sombras las aves,
escondidas,
(a veces escondidas)
aguardan la luz.
Del sol sus cálidos.
Del día sus claros.
Del árbol su mundo.
Breves
Lo difícil de quererte es olvidarte.
Poder olvidarte.
Es difícil.
A veces imposible.
Es un cáncer.
Es difícil.
Quererte hace imposible,
El olvidarte.
El olvidarte.
domingo, 23 de septiembre de 2007
Me miras
Me miras,
fugaz pero divinia
Absoluta.
Me miras plena.
Me miras con tus ojos de princesa.
Y es en aquel momento en que entiendo el mundo.
El universo gira tan pequeño
cuando clavas tu mirada.
Me miras,
inocente a veces,
a veces intrigada.
Pero cada vez me das el aire
y no me importa lo que diga tu mirada.
Me miras con tus ojos de princesa.
A veces absoluta,
a veces intrigada